Las relaciones chileno-brasileñas. De la amistad sin límites al pragmatismo del gigante

En 1957 el embajador chileno aseveraba que en «materia política, la tarea próxima de la Embajada no debe limitarse ya a cuidar de la amistad chileno-brasileña mediante el esfuerzo normal. Para la diplomacia del Brasil, esta amistad fue un elemento de contrapeso o equilibrio en su más que secular competencia con la diplomacia argentina; pero, al ser cultivada con insistencia durante generaciones y generaciones, llegó a convertirse en un sentimiento nacional. Ahora que, en vías de desaparecer la emulación entre Argentina y Brasil, procura éste situar sus relaciones con aquella en un plano de intensa colaboración, parece probable que la amistad con Chile pierda para Itamaraty su razón fundamental de ser» 1. Quizás nunca fue mejor descrita la utilitaria naturaleza de la relación chileno-brasileña y parte de su enigma. Ello porque a pesar de la visión de una tradicional amistad, amistad sin límites, o de la amizade sem exemplo, todos adjetivos superlativos, en el contexto de la antaño conflictiva relación geopolítica sudamericana, que incluía la necesidad de una contraparte en el sistema de alianzas, nunca hubo nada formalmente escrito entre Santiago de Chile y Rio de Janeiro. Es más, sin ninguna duda esa situación convenía más a Brasil que siempre podía disponer de un aliado transfronterizo, pero era de necesaria invocación para Chile no